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Contacto

Ciao!
Soy Jacopo

¡Hola! Te voy a contar quién soy y cómo ayudo a mis alumnos a hacer algo más que aprender italiano: a comunicarse y vivir el italiano.

Bueno, pues te cuento: yo nací en… no, quizá eso no importa. Lo que importa es que llevo 10 años haciendo lo que más me gusta, conseguir que las personas y empresas que acuden a mí acaben amando el italiano tanto como yo.

Además de mi titulación como profesor de italiano (certificación CEDILS para la enseñanza de la lengua italiana y de examinador CELI) soy Licenciado en «Ciencias Etno-antropológicas» y poseo un Máster en Comunicación y Mediación Intercultural. A nivel profesional he dado clases a particulares y empresas de todos los niveles (A1, A2, B1, B2 y C1). Pero eso lo puedes ver aquí, en mi cv.

Lo que no puedes ver en un CV es cómo entiendo yo la enseñanza del italiano y cómo consigo que mis alumnos vayan más allá del conocimiento del idioma. Te lo intentaré explicar.

¡Vamos allá!

El enfoque Jacopo o «yo enseño así…¡y funciona!»

¿Qué sistema utilizo para que mis alumnos se sumerjan y vivan el italiano? A ver, ahora no te asustes, porque voy a utilizar un término un poco “pomposo”; pero es que esto se llama así, no tengo la culpa. Lo hago mediante un enfoque comunicativo y humanístico-afectivo.

Competencia comunicativa

Vale, ahora te lo explico, que en realidad es sencillo de entender: ¿crees que es igual hablar con tus amigos en una discoteca que tener una entrevista de trabajo? ¿escribes igual un whatsapp a tu novia que un informe técnico a tu jefe?

Eso básicamente es el enfoque comunicativo. De nada sirve saberse la gramática de un idioma ni 3.000 palabras de vocabulario si no sabes qué palabras emplear en cada contexto o no usas el mismo código que tu interlocutor.

¿Quiere decir eso que yo no enseño gramática? Ni mucho menos, pero yo pongo el acento (nunca mejor dicho) en la competencia comunicativa y la comunicación real.

Porque sí, puede resultar divertido para una persona italiana escucharte terminar todas las palabras en -inni y juntar los dedos y mover las manos… una vez. Y si se trata de comunicarte profesionalmente, para qué decirte.

Porque es igual de importante que la gramática el saber adecuar el tono de voz o las pausas a la situación, o tener en cuenta las costumbres culturales de tu interlocutor para saber si no debes estar demasiado cerca o hacer determinados gestos.

¿Quieres saber más sobre el enfoque comunicativo? Pues léelo aquí que si no me enrollo y no paro.

Jacopo es el mejor profesor de idiomas que he tenido. Su simpatía natural junto a un gran dominio de técnicas pedagógicas logra que aprendas y veas los progresos rapidamente. Sus clases son amenas y rigurosas consiguiendo motivar a los alumnos y adaptando el curso a tus necesidades. Ha conseguido que aprender italiano se haya convertido en una afición que estoy disfrutando!

Oscar Boada – Export Area Manager, Henkell Freixenet
¿Y qué es eso del enfoque
humanístico-afectivo?

A lo mejor crees que les canto baladas a mis alumnos y les hago carantoñas para que se sientan más queridos. Pues no, no va de eso.

Enseñar a un alumno sin tener en cuenta su personalidad y sus emociones, desde un enfoque totalmente “frío” y mecánico es comprar todos los boletos para el fracaso, tanto del alumno como del profesor.

Porque cada persona es diferente, y yo soy como un buen sastre: diseño un traje a medida de cada alumno, viendo cómo es y qué corte o estilo le queda mejor. Es decir, no realizo las mismas actividades ni planteo las clases de forma monolítica, sino que las adapto a cada persona. Porque lo más importante es evitar que las dinámicas y actividades supongan un estrés para el alumno, ya que obstaculizan el pleno rendimiento del cerebro y vuelven dificultosa la tarea de asimilación de nueva información.

Yo ayudo a mis alumnos a perder el miedo. El miedo a no saber realizar una actividad que el profesor nos plantea porque no estamos familiarizados con los contenidos, porque no hemos adquirido bien los anteriores conocimientos; el miedo a que nos corrijan y que nuestros errores queden en evidencia delante de los demás, viéndose afectada nuestra autoestima; el miedo a participar en actividades que nos hagan sentir vergüenza… Es decir, todo aquello que nos haga sentir incapaces de aprender.

Si quieres saber cuál es mi “credo” a la hora de aprender un idioma, aquí.

Mis clases están planteadas pensando en la participación, la variedad, el dinamismo y la diversión, para que aprender italiano no suponga un suplicio ni un estrés, porque el italiano se aprende, se disfruta… y se acaba amando; te lo aseguro.

Y aquí te digo lo mismo: si quieres bucear un poco en lo del enfoque humanístico-afectivo, entra aquí, y verás lo interesante que es.