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Hoy vamos a hablar del antiguo rito de los Faugni, de origen precristiano y posteriormente incorporado como sincretismo en la tradición católica, que se sigue celebrando en la ciudad de Atri, un pequeño municipio de Abruzzo perteneciente a la provincia de Teramo, la noche entre el siete y el ocho de diciembre.
El artículo está extraído de la introducción de mi tesis de final de grado de Antropología Social, titulada «El peso del Faugni: grupos y poderes oblicuos» y presentada en la Universidad de Bologna en 2007 . Pretende aportar, por un lado, información sobre los orígenes históricos de este ritual que se pierden entre las brumas del tiempo y, por otro, una descripción de los momentos destacados que caracterizan su celebración.
Siguiendo los pasos de la tradición antropológica y la metodología de investigación etnográfica, la particularidad de las siguientes páginas radica en la interpenetración entre la narración del observador externo (antropólogo) y los testimonios verbales de la población local o los «personajes» que, durante un largo periodo de tiempo, han vivido la fiesta en primera persona. Estos testimonios han sido fielmente transcritos, por lo que el lector se encontrará con un lenguaje inmediato propio de la interacción discursiva y divagante de la entrevista antropológica.
Esto constituye, en mi opinión, su originalidad y valor añadido: a los que no son de la zona se les ofrece la oportunidad de conocer este rito de la forma más veraz, en palabras de sus protagonistas directos y para los habitantes de Atri, que se reconocerán en los relatos de sus conciudadanos, representa un aliciente más para consolidar el sentimiento de pertenencia a una identidad común, a través de la reconstrucción de la fiesta que, sin duda, es la más sentida por toda la comunidad.
Orígenes históricos de la fiesta de los Faugni
Es una fiesta realmente hermosa, realmente característica. Habría sido capaz de renunciar a un viaje a Praga, sólo para quedarme aquí para la fiesta.. ¿no oyes lo hermoso que es, Faugni, el sonido de la palabra, ‘li Faegne’, en dialecto? Los Faugni, la hoguera, la llama..[1]Entrevista a G.A., Atri (Te), 23 de noviembre de 2006
La etimología de la palabra Faugni está vinculada a la palabra griega ‘φαως’, en el sentido utilizado por Esquilo y Calímaco de «antorcha».[2]Zanzi I., 1983, Le feste del fuoco in dodici comuni del teramano, Università degli Studi di Urbino, Tesi di laurea Según las afirmaciones de un famoso estudioso local, el profesor Pino Zanni, el término Faugni es el resultado de la contracción de las palabras latinas Fauni-ignes, es decir, el fuego de Fauno.[3]Zanni P.U., 1976, Atri in breve, Atri, Ed. Atriane Tienen un origen evidentemente precristiano, relacionado con ritos en honor de Fauno, protector de los pastores, los rebaños y la agricultura.
El enlace de esta fiesta con la agricultura también lo demuestra el penúltimo artículo del antiguo Estatuto Municipal de Atri, de 1531,[4]Barberini F. (a cura di), 1972, Statuto Municipale della Città di Atri, Atri, Tip. Colleluori en el que se establece el uso de cañas, recogidas en los viñedos, en particulares fiestas religiosas. Además, siempre según el profesor Zanni, este evento debería ser considerado como parte de las “Palilie”, fiestas rurales de purificación dedicadas a Pales, una antigua diosa pastoral (Zanni 1976).
Para la ocasión, los pastores tallaban objetos de madera y los colgaban en las ramas de los árboles, encendían hogueras y cortaban la cola de un caballo que luego sacrificaban para la deidad.[5]Biondetti L., 1997, Dizionario di mitologia classica. Dei, Eroi, Feste, Milano, Baldini e Castoldi Por tanto, se puede afirmar que los Faugni no tienen una base autóctona, sino que encuentran su lugar en las civilizaciones orientales de los Sículo–Ilirios, cuyos rasgos han llegado hasta nosotros junto con los mitos náuticos y el culto a Zeus Dodoneo. Un culto a Faunus, por tanto, que complementaría el culto preexistente a Hatranus, dios de la guerra y del fuego, para quien el perro era sagrado, también representado en las monedas de Atri.
Con el auge del cristianismo, los Faugni adquirieron un nuevo significado. En el Concilio de Éfeso, en el año 431 d.C., encontramos una primera manifestación cristiano-religiosa similar a la de los Faugni de Atri. El Concilio fué convocado por el emperador Teodosio, y en él se estableció que en Cristo hay una persona y dos naturalezas y que la Virgen María es realmente la madre de Dios. Cuando las dos definiciones conciliares fueron confirmadas por los legados del Papa Celestino, toda la comunidad cristiana quiso agradecer a los Padres con una procesión nocturna espontánea con antorchas, en alabanza a la Virgen María.
Esta habría sido la primera fiesta mariana celebrada por los orientales; en la Iglesia occidental la primera fiesta mariana habría aparecido en el siglo XII, y, posteriormente a finales del siglo XIII y estaría relacionada con la transposición de la Santa Casa de Loreto: los Faugni serían, por tanto y según la creencia popular, los fuegos encendidos en las eras por los cristianos para iluminar el vuelo de los ángeles que llevaban la Santa Casa de Nazaret a Loreto (creencia recogida como motivo central en un famoso fresco del pintor Andrea de Litio , en la Catedral Basílica de Atri).
El pueblo cristiano comenzó entonces a celebrar también la fiesta de María Inmaculada, y más tarde lo hizo con fuegos encendidos el ocho de diciembre para conmemorar la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción de María hecha por Pío IX en 1854.
Todavía hoy, la fiesta de los Faugni se celebra en la ciudad de Atri el amanecer del 8 de diciembre; a finales de los años 60 y 70, también se celebraba el 4 de diciembre, día del patrón de los mineros y artificieros. Hasta 1965, también se celebraba el 13 de diciembre, con la liturgia dedicada a Santa Lucía. En este sentido se aprecia el carácter solsticial de la fiesta.[6]Cipollini P., 1980, Una tradizione popolare ad Atri: i Faugni, in Abruzzo Oggi, n.1-2
Estructura de la fiesta
La tarde del día siete
La fiesta comienza la tarde del siete de diciembre, a partir de las 19 horas, cuando, tras la misa vespertina, el párroco, seguido de una pequeña procesión, se dirige a la plaza de la Catedral para bendecir la hoguera, que podríamos llamar «hoguera inicial»y sobre cuyas cenizas, mantenidas vivas durante toda la noche, se encenderán los Faugni a la mañana siguiente.
Una vez finalizado este primer rito, acompañado por las oraciones y los cantos litúrgicos de los fieles reunidos en círculo alrededor de la hoguera, comienza lo que se conoce como la «nottata», una vigilia organizada para esperar hasta las cinco de la mañana, hora de la salida del desfile de los Faugni.
La noche entre el dís siete y el día ocho: la «nottata»
La espera me recuerdo, o sea la espera que caracteriza la fiesta.. quizás preparar.. los preparativos del lugar donde la gente se reúne para esperar a la mañana.. la famosa nottata.. si, la vigilia que se hace.. o sea, la nottata es la vigilia que se organiza para esperar el desfile que empieza a las cinco de la mañana, creo, y hay esta tradición de esperar despiertos las cinco de la mañana para luego ir a la plaza donde la gente se reúne y donde comienza el desfile.[7]Entrevista a E.M., Bologna, 12 de noviembre de 2006
La mayoría de los ciudadanos de Atri, adultos y jóvenes, pero sobre todo los jóvenes, se reúnen en sus casas, en las calles o en los bares abiertos celebrando durante toda la noche. Comen, bailan, juegan a los juegos tradicionales de Navidad y beben incluso más de lo debido para llegar animados y alegres a las cinco de la mañana a la Piazza Duomo, donde comenzará el desfile de los Faugni. Se trata de una especie de vigilia, pero completamente laica, despojada de cualquier significado religioso ligado a la práctica cristiana.
Y así los chicos esperan ansiosos esa hora después de haber jugado durante la noche.. una especie de vigilia hacen, ¡comiendo, no rezando! Se reúnen en las casas y esperan a las cinco de la mañana.. a las cinco, después de estar llenos y animados, provocan un escándalo.[8]Entrevista a G.A., Atri (Te), 23 de noviembre 2006
Entonces la gran diversión de la gente es que, mientras tanto, hacen la nottata, beben, comen, llegan al desfile medio borrachos.[9]Entrevista a T.A., Atri (Te), 22 de noviembre de 2006
El desfile de los Faugni
A las cinco de la mañana todo el pueblo, tanto los que han estado celebrando de pie toda la noche como los que acaban de despertarse, se reúnen en la Piazza Duomo alrededor de las brasas del fuego encendido en la tarde del día anterior. Al ritmo arrollador de la marcha tradicional de los Faugni, tocada por la banda, comienzan a aparecer los propios Faugni, llevados de la mano por los “faugnari”.
Los Faugni son haces de cañas de treinta o cuarenta centímetros de diámetro, de hasta más de dos metros de altura, pero su tamaño puede variar en función de la forma física del portador. Son preparados unos veinte días antes del evento por los miembros del comité organizador de la fiesta, que van a los campos cercanos a buscar las cañas secas de los viñedos. Se guardan toda la noche en un almacén y por la mañana la aglomeración de participantes se prepara para conseguir un Faugno que llevar en la procesión. La demanda es siempre muy alta y los Faugni nunca son suficientes para todos.
Por supuesto, yo hago la “nottata” y siempre he llevado el Faugno.. después de hacer la nottata, la gente acude en masa para intentar conseguir un Faugno.. y también hay como una especie de competición entre los porteadores para conseguir el Faugno más grande y consistente.. el más largo.. realmente hay una competición.. cuando abren las puertas del almacén donde guardan los Faugni, todos empiezan a correr como locos para conseguir el mejor Faugno, aquel que les permita llegar hasta el final sin que se deshaga o se apague.[10]Entrevista a L.N., Atri (Te), 26 de enero de 2007
Hay personas que los llevan desde hace años, e incluso los preparan ellos mismos o los encargan bajo instrucciones precisas;
Había un conocido, G. S., que encargaba un Faugno muy elaborado. Él vivía en Pescara[11]Ciudad a unos treinta kilometros de Atri y entonces salía con su “lambretta” hacia Atri por la mañana para participar en el desfile de los Faugni, y siempre era el primero de la fila, repito, se comprometía en volver la noche del siete de diciembre con la lambretta desde Pescara, y hacía un frío que uno se podía haber quedado congelado.[12]Entrevista a A.C., Atri (Te) 23 de noviembre 2006
Por cierto, este año conocí a mucha gente que arma su propio Faugno, su Faugno personal.. así que pude presenciar toda la fase de preparación, de ir a buscar las cañas y hacer el Faugno a medida.. yo mismo lo hice.. vas unos días antes al campo de un agricultor que tiene las cañas sobrantes de las tomateras, que ya están secas y están bien.. luego las coges y las llevas a un almacén y empiezas a prepararlo según lo que quieras llevar ese año, grande o un poco más largo.. por ejemplo está D. que tiene una especie de reto consigo mismo, que cada año tiene que llevar el Faugno más grande.. […] imagina que también hay gente que se hace sus propios cinturones para llevar el Faugno, y a lo mejor son cinturones de seguridad reciclados.. y siempre son los mismos de año en año, cada uno es personal y siempre es lo mismo.[13]Entrevista a D.B., Atri (Te), 24 de enero de 2007
pero también hay una gran masa de porteadores ocasionales (que ni siquiera son ciudadanos de Atri, pero esto es desde que la fiesta se ha promocionado, abriéndose a las aportaciones externas del turismo) que se pelean por conseguir un Faugno que llevar. Cuando todos han llegado a la plaza, comienza la fase de encendio de los Faugni: las puntas se sumergen en las brasas de la hoguera hasta que las cañas secas prenden en fuego.
Para mí es un ritual que vengo haciendo desde los años ochenta, siempre de la misma manera.. así que es un hábito.. para mí adquiere el valor de un ritual, siempre hago las mismas cosas, piso las cañas del Faugno para encenderlo mejor, luego me quedo ahí hasta que alguien de la señal para ponernos en marcha.. todo se hace con una cierta ritualidad y así, al final, se convierte en un ritual, es algo que siempre hay que seguir de la misma manera.[14]Entrevista a L.N., Atri (Te), 26 de enero de 2007
Cuando están todos encendidos (la cantidad depende de la participación de la gente, hasta cien o doscientos Faugni), se ponen en marcha. Delante está la banda que toca contínuamente en el centro los faugnari, dispuestos en filas de dos, y, a remolque, la masa de ciudadanos que, ebrios de alegría y alcohol, desatan un barullo infernal a lo largo del recorrido. Golpean las puertas, tocan las campanas de las casas, lanzan petardos y gritan para despertar e involucrar a todos en el desfile, incluso y especialmente a los que se han quedado en casa a dormir.
Los que van detrás de los Faugni, golpean las puertas, derriban las puertas.. a ver, no las derriban de verdad, pero las pueden dañar.. hay esta tradición, todos se desbocan, hay esta impetuosidad que tal vez está generada por la llama, no sé si también es la llama [de los Faugni] la que genera esta violencia.. pero no las peleas, ¡porque se desahogan golpeando objetos y no a los sujetos! Entonces tocan los timbres de las casas, los pegan con cinta adhesiva, y esto es para que la gente se despierte, para que participe, y dicen: – ¿Cómo, nosotros vamos por ahí y tú te quedas en casa? Actualmente y en lugar de tocar a los timbres, ahora disparan unos tipos de petardos muy fuertes, no se como se llaman, petardos muy potentes que te revientan los oídos.[15]Entrevista a T.A., Atri (Te), 22 de noviembre de 2006
Y luego, como recuerdo visual, está ligado al fuego, a este calor.. a estas brasas en el suelo.. y también al revuelo que hay alrededor, porque estando dentro [de la procesión de los Faugni] cuando era niño.. aparte de todos los petardos que tiran, incluso los que llevan el Faugno, golpes en las puertas, en las persianas, para despertar a la gente.. también está el discurso del Faugno que pasa para acompañar a la gente a la misa de la mañana.. un recuerdo que a veces es un poco nebuloso.. porque en esos momentos, preso de la emoción de ese instante, también hay que tener cuidado con el Faugno, para que no se apague, para que no se queme demasiado, para que no se te caigan encima las brasas desprendidas por los otros Faugni.. y estábamos cerca de los más viejos, más experimentados, que nos decían cómo llevar el Faugno: – Levántalo así, bájalo así – porque si lo subes se apaga, si lo bajas se quema más.. tienes que alternar estos dos movimientos para que el Faugno arda como quieres. […] Por ejemplo, para mí es también una experiencia física, una experiencia inusual.. en el sentido de que sales por la noche.. bueno, este año hacía calor, había el problema del sudor, un lío.. pero sales con el frío y desarrollas esta relación con el calor, con las brasas.. y luego el humo.. después del desfile sales llorando, porque en los callejones a veces el humo no es barrido por el viento y vuelve y respiras el humo.. también es una experiencia física para la que tienes que estar preparado.. incluso el peso del Faugno es considerable, y hay que tener cuidado para manejarlo en espacios estrechos, en callejones, o para evitar los balcones bajos que están sobre tu cabeza.[16]Entrevista a D.B., Atri (Te), 24 de enero de 2007
Tras recorrer las calles de la ciudad, la festiva y ruidosa procesión regresa a la Piazza Duomo. Aquí, en el centro de la plaza, se arrojan todos los restos de los Faugni que no han sido consumidos por las llamas durante el desfile, apilándolos unos sobre otros. De este modo se aviva un fuego de enormes proporciones, que se apaga espontáneamente cuando la noche empieza a dejar paso a las primeras luces del amanecer.
Todos los participantes se apiñan en torno a la renovada hoguera, con frío y sueño, para la vigilia (o el despertar) y el jolgorio de la noche. A pesar del cansancio se mantiene un ambiente muy festivo, la banda sigue tocando y algunos comienzan a improvisar bailes y carreras alrededor del fuego. Las celebraciones se prolongan en los bares y frente al fuego hasta el amanecer; entre los creyentes, algunos asisten a la misa de las seis de la mañana.
La tarde del día ocho
La fiesta continúa la tarde del ocho de diciembre, día en que comienzan las celebraciones de la Inmaculada Concepción, en cuyo honor y en el sentido que le atribuyó posteriormente la Iglesia católica, se dice que se dirigen los Faugni.
Esta fiesta era pagana y lo sigue siendo.. luego, como lo han combinado con la fiesta de la Virgen, también aprovechan para ir a misa como si fuera un domingo.. pero en los Faugni se participa exclusivamente por los Faugni.[17]Entrevista a T.A., Atri (Te) 22 de noviembre de 2006
Sí, pero a diferencia de todas las demás fiestas religiosas, ésta conserva una fuerte matriz pagana.. en primer lugar por el fuego, y luego también porque, cuando la fiesta se transformó de pagana a cristiana, porque el cristianismo entró de puntillas en un contexto pagano, se mantuvieron sus raíces.. y este elemento común es precisamente el fuego.. sigue siendo una fiesta del fuego, pero en un nuevo marco cristiano.. sin embargo, creo que lo que más siente la gente de Atri es el componente pagano.[18]Entrevista a L.N., Atri (Te), 26 de enero de 2007
Por la tarde, el programa religioso incluye una solemne misa mayor en la Catedral de Santa María que culmina con el canto, especialmente querido por el pueblo de Atri, del «Tota Pulchra» del franciscano Borroni, interpretada por la «Coral G. D’Onofrio» y la «Schola Cantorum Pacini».
A continuación tiene lugar la evocadora procesión religiosa en la que participan numerosos ciudadanos de Atri y en la que la imponente estatua de la Virgen, dentro de un dosel dorado, es llevada a hombros por las calles de la ciudad. Todo está enmarcado por las marchas que toca la banda y las oraciones de los fieles, dirigidas por los megáfonos de los que sale la voz metálica del sacerdote que lidera el rosario.
Una vez terminada la procesión, se prepara el acto que marca el final de la fiesta: el tradicional «Ballo della Pupa». La «Pupa» es títere de gran tamaño con apariencia de bella doncella, que cobra vida gracias a los movimientos que dirige una persona que se sitúa dentro de ella. La “Pupa” baila al ritmo de la música de la banda, que entona marchas y melodías famosas. Está cubierta de fuegos artificiales que se encienden progresivamente al estar conectados entre sí. Con el fin del espectáculo pirotécnico, va mermando la multitud de participantes, lo que marca el fin definitivo de la fiesta.
Cuando llega el día ocho por la tarde, ya empiezas a pensar en el año que viene.. no puedes esperar..ya empiezas a pensar en el tiempo que falta para que sea otra vez el siete de diciembre.. Y eso te hace sentir un poco triste pero también feliz porque disfrutaste mucho de la fiesta. Sí, es absolutamente una tradición para mantener.[19]Entrevista a E.M., Bologna, 12 de noviembre de 2006
Si eres estudiante de italiano y te animas a leer el artículo en original, lo encuentras aquí
References[+]
↑1 | Entrevista a G.A., Atri (Te), 23 de noviembre de 2006 |
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↑2 | Zanzi I., 1983, Le feste del fuoco in dodici comuni del teramano, Università degli Studi di Urbino, Tesi di laurea |
↑3 | Zanni P.U., 1976, Atri in breve, Atri, Ed. Atriane |
↑4 | Barberini F. (a cura di), 1972, Statuto Municipale della Città di Atri, Atri, Tip. Colleluori |
↑5 | Biondetti L., 1997, Dizionario di mitologia classica. Dei, Eroi, Feste, Milano, Baldini e Castoldi |
↑6 | Cipollini P., 1980, Una tradizione popolare ad Atri: i Faugni, in Abruzzo Oggi, n.1-2 |
↑7, ↑19 | Entrevista a E.M., Bologna, 12 de noviembre de 2006 |
↑8 | Entrevista a G.A., Atri (Te), 23 de noviembre 2006 |
↑9, ↑15 | Entrevista a T.A., Atri (Te), 22 de noviembre de 2006 |
↑10, ↑14, ↑18 | Entrevista a L.N., Atri (Te), 26 de enero de 2007 |
↑11 | Ciudad a unos treinta kilometros de Atri |
↑12 | Entrevista a A.C., Atri (Te) 23 de noviembre 2006 |
↑13, ↑16 | Entrevista a D.B., Atri (Te), 24 de enero de 2007 |
↑17 | Entrevista a T.A., Atri (Te) 22 de noviembre de 2006 |