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En la región en la que nací, Abruzzo, situada en el centro de Italia, hay un reconocido museo, el «Museo delle Genti d’Abruzzo», que da testimonio de la historia y la evolución de la humanidad desde las primeras apariciones en el territorio. Tuve la oportunidad de conocer a la directora, la Dra. Letizia Lizza, una persona amable, además de competente y conocedora y le hice algunas preguntas para entender mejor la estructura, las actividades y los objetivos del museo.
Antes de empezar con las preguntas, ¿podría explicar al lector quién es usted y cuál es su principal ocupación?
Soy Letizia Lizza, directora de la Fondazione Genti d’Abruzzo. La Fundación gestiona dos importantes instituciones museísticas de la ciudad de Pescara, el Museo delle Genti d’Abruzzo y el Museo Civico “Basilio Cascella”.
¿Puede decirnos algo sobre el museo que dirige? ¿Por qué se llama «Museo delle Genti d’Abruzzo»?
El Museo delle Genti d’Abruzzo recorre la historia de la humanidad en Abruzzo desde su primera aparición en el Paleolítico hasta la década de 1950, cuando la mecanización de los procesos de producción alteró inevitablemente un patrimonio étnico milenario de cultura popular. Los criterios de ordenación y montaje de los espacios expositivos ponen de relieve la continuidad de los rasgos distintivos de la cultura agro pastoral del Abruzzo a lo largo de los milenios. El museo se encuentra en los antiguos cuarteles militares que formaban parte de la fortaleza de Pescara del siglo XVI.
El Museo «B. Cascella» expone una excelente colección de arte que abarca desde el simbolismo de finales del siglo XIX hasta el arte digital contemporáneo. De hecho, el museo alberga unas 600 obras -entre dibujos, cerámicas, pinturas, libros de arte, esculturas, fotografías, etc.- creadas por nada menos que cinco generaciones de artistas pertenecientes a esta extraordinaria dinastía de los “abruzzesi”.
¿Qué importancia tiene para el conocimiento y la difusión del patrimonio artístico y cultural de nuestra región?
El Museo delle Genti d’Abruzzo está considerado como una de las estructuras más innovadoras en el ámbito de los museos demo-antropológicos, gracias a la riqueza de los objetos arqueológicos y etnográficos, las fieles reconstrucciones del entorno, los evocadores trazados, los dioramas, las instalaciones multimedia las fotografías de la época y las canciones populares que acompañan al visitante a lo largo del recorrido.
Situado frente a la casa natal de Gabriele D’Annunzio (poeta y escritor, uno de los principales exponentes del decadentismo italiano), ofrece una clave original y apasionante para comprender la evolución histórica y la continuidad de las tradiciones, costumbres y artesanía de las comunidades agro pastorales, poniendo de relieve lo mucho que se ha transmitido hasta nuestros días.
¿Cuáles son las principales iniciativas adoptadas en este sentido por el Museo que usted dirige?
El museo promueve el conocimiento de sus colecciones y, por tanto, del territorio, a través de visitas integradas con actividades y talleres dirigidos a diferentes grupos, exposiciones, conferencias, publicaciones y la recreación de fiestas especialmente significativas para comprender el sincretismo cultural que caracteriza a los rituales sagrados populares.
¿Puede hablarnos de los últimos actos organizados bajo los auspicios del Museo y de los que están previstos?
El próximo 24 de junio, recrearemos los antiguos rituales asociados a la llegada del verano. Celebramos una exposición de fotos y objetos relacionados con el patrimonio etnográfico, y en julio inauguraremos una instalación de un joven artista abrruzese inspirada en la cultura oral.
Además, en el municipio de Santo Stefano di Sessanio, en la provincia de L’Aquila, a lo largo de las calles del antiguo pueblo medieval y en los espacios del Albergo Diffuso “Sextantio”, hemos comisariado la instalación de la exposición “Qui il tempo non vale niente” con fotografías de época de Paul Sheuermeier (1888-1973) y Gerhard Rohlfs (1892-1986).
El primero, un suizo de Berna, junto con Rohlfs, un alemán de Berlín, llevaron a cabo un monumental trabajo de documentación fotográfica del mundo agro pastoral de Abruzzo entre los años 20 y 30 del siglo pasado, durante su larga estancia en nuestra región para realizar estudios lingüísticos y antropológicos. La exposición estará expuesta hasta septiembre.
Durante los meses de verano, también pondremos en marcha actividades educativas para los más pequeños destinadas a conocer la historia, el arte y las tradiciones de Abruzzo mediante métodos de aprendizaje activos y lúdicos. Para mantenerse informados sobre nuestras iniciativas, pueden consultar la pagína web del Museo o la página de facebook.
Si me permite, una pregunta personal: ¿qué le impulsó a tomar el camino que le llevó a la dirección del Museo?
Tras mis estudios de humanidades e historia del arte (que siempre continúan, porque nunca se deja de aprender…), durante más de 20 años estuve involucrada en programas culturales y educativos dentro de la Fundación, ideando proyectos innovadores dirigidos a diferentes públicos y orientados a la adquisición de conocimientos y habilidades útiles para el disfrute del patrimonio cultural. Mi contacto diario con el público, mi aptitud de «escucha» para comprender las demandas de las comunidades locales, mi conocimiento del potencial de estas estructuras museísticas y mi espíritu de servicio me han llevado a la dirección de la Fundación, que ha sido así el resultado natural de una larga carrera profesional.
Por último, ¿qué les diría a quienes no conocen el Museo y nunca han visitado Abruzzo para despertar su curiosidad y animarlos a tomar contacto con nuestra región?
El Museo delle Genti d’Abruzzo es una puerta ideal para entender la historia y las peculiaridades de nuestra región. Durante la visita, hay múltiples posibilidades de «leer» la región, que cada visitante puede hacer suyas según sus propios intereses: los pueblos y castillos medievales, las rutas de los “tratturi” (las antiguas rutas utilizadas por los pastores para realizar la trashumancia, es decir, la migración estacional de rebaños y manadas de un pasto a otro) y la naturaleza, la artesanía, la arqueología… todo se narra en el museo de forma clara y atractiva, dejando al visitante la libertad de profundizar en los distintos aspectos durante su estancia en nuestra maravillosa tierra.
